Una de las principales novedades que ha traído consigo la Ley de Tráfico de 2022 es la caja negra de los coches que pretende reducir de forma drástica el número de víctimas mortales en las carreteras. Un avance con el que se quiere lograr que no haya víctimas mortales en 2050.
La caja negra es un Sistema Avanzado de Asistencia a la Conducción promovido por la Unión Europea que registra y almacena información del vehículo. Hasta ahora era común oír hablar de estos dispositivos cuando se producía un accidente aéreo, y una misión muy similar es la que se atribuye a las cajas negras de los coches. Si se produjera un siniestro proporcionaría información relevante sobre los acontecimientos que se produjeron antes, durante y después del accidente.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la privacidad de los pasajeros no está en riesgo, ya que no graba imágenes ni sonidos.
La caja negra es obligatoria desde julio 2022 en coches y furgonetas. De hecho, todas las homologaciones de coches nuevos que se realicen a partir de esta fecha deben incluir obligatoriamente la caja negra. A partir de 2024 esta obligatoriedad se extenderá a todos los coches nuevos que se vendan Europa.
A pesar de su nombre estos dispositivos no son de color negro, de hecho, suelen tener colores llamativos, incluso fosforescentes para que sean fácilmente identificables si ocurre un desastre. Es frecuente que sean rojas, amarillas o naranjas.
La referencia al negro se debe a que el contenido que se encuentra en su interior es oscuro, ya que arroja información sobre los acontecimientos que desencadenaron el accidente. Otras versiones hacen referencia a que las primeras cajas negras sí que fueron realmente negras en la Royal Air Force, y otras eran cámaras oscuras con placas fotográficas.
En cuanto a su aspecto físico, se trata de un dispositivo compacto que se suele colocar fijado al chasis en una posición discreta y segura, o bien debajo del asiento del conductor. Aunque hay expertos que señalan que podría acabar ubicándose en las centralitas del airbag.
Tiene un tamaño similar al de un teléfono móvil y cuenta con un chip conectado al sistema electrónico del automóvil que permite registrar los datos. Además, dispone de una conexión externa para extraer la información si fuera necesario.
Estos dispositivos se caracterizan por su sencillez. En caso de producirse un accidente guardan información de los 30 segundos anteriores al siniestro y los 5 posteriores. Eso sí, estas cajas son anónimas, tal y como establece el pliego de condiciones técnicas de la Unión Europea, de modo, que no se asocian a un número de bastidor del coche ni a un conductor concreto. Por todo ello, no pueden servir como prueba en un proceso policial o judicial en el que se trate de determinar la responsabilidad de un conductor en un accidente de tráfico.
Como hemos mencionado la caja negra no graba sonidos ni imágenes, pero sí que recoge otros datos relevantes en caso de accidente con sus respectivas referencias cronológicas, entre ellos:
Para poder extraer la información de una caja negra es necesario conectar un equipo CDR, que a su vez va conectado a un ordenador. La DGT señala que estas cajas no guardan datos personales como el nombre, el sexo o la edad conductor, de forma que no se puede identificar al poseedor o conductor del coche, y son las autoridades de cada país las responsables de los datos obtenidos.
En definitiva, el objetivo es que estos dispositivos sirvan para analizar las causas de un accidente y fomentar una conducción mejor y más consciente.
¿Y tú qué opinas de estos dispositivos? ¿Te parece útil su implantación? ¿Crees que las cajas negras deberían recoger algún otro dato?
Cuéntanos tu opinión.
Claudia Carrascal
Periodista, responsable de comunicación
Tasarauto Global Services
Copyright Tasarauto Global Services SL – Todos los derechos reservados